martes, 17 de junio de 2008

EL BOSQUE DE LAS PALABRAS Nº 7















El bosque de las palabras. 17 de Junio de 2.008.
Son las once y media de la noche y la cabeza aún me da vueltas. He vivido una experiencia muy importante esta tarde en la radio. He tenido la suerte de sentirme rodeado de personas, que a mi me han parecido inmensas. Yo creo que hemos dejado la emisora empapada de humanidad. Ángel es una escritora invidente; es ciega. Me ha impresionado el que pudo ver hasta los siete años. Aún recuerda el color del cielo y el color de la hierba. Y nos ha leído algunos de los relatos que traía en unos enormes cuadernos escritos en braille. Verla leer es todo un espectáculo, pero lo mejor estaba detrás de toda la técnica que desplegó sobre la mesa del estudio. Lo mejor han sido sus palabras. Sus relatos están tan cargados de luz, tienen tanta fuerza que me ha dejado aplastado en la silla; aplastado en mi mismo.
Hemos comentado que los seres humanos vemos a través de las palabras. Una frase que puede pecar de demasiado literaria pero, que en el caso de Ángel, es una frase perfecta. Ella ve a través de las palabras y esta es su manera de percibir la realidad.
Joan Gomper es una persona polifacética. Esa es la impresión que me ha causado. Es escritor, escribe en periódicos y revistas. Ha colaborado en la revista Jano, escribiendo en la sección de humanidades que, precisamente, es la que más me interesa desde hace muchos años. Y además, Joan es editor. Ha venido al programa cargado de libros de poesía. Después, cuando todo ha terminado, me he arrepentido de no haberle brindado la oportunidad de haber leído algún poema, porque después de haber charlado con él, me ha quedado claro que, como Ángel, Joan es una persona con una sensibilidad muy especial.
Esta tarde en “El bosque de las palabras” he visto con palabras. Podría haber hecho el programa con los ojos cerrados tranquilamente, porque allí sólo había palabras. Me acordaba de un relato que escribí hace muchos años, en el que contaba como un día se me calló el teléfono al suelo y, al romperse, se llenó la habitación de palabras.
Los seres humanos somos capaces de imaginar cosas que no podemos alcanzar. Este es el defecto de nuestro cerebro. Pero para subsanarlo hemos inventado la literatura. Un mundo en el que todo es posible. Un mundo del que, una vez que entras, ya nunca puedes salir.
Gracias Ángel por decir que tu no te vendes, cuando te he preguntado que ¿en dónde se vendían tus libros? Gracias Gonper por ser como eres, tan auténtico tan sincero y tan generoso y gracias primavera por haberme hecho este regalo, cuando sólo te quedan unos pocos días de vida.

2 comentarios:

marisa dijo...

Me gustaria recomendar "los coñones del reino" de Alfonso Ussia, como libro de humor.

marisa dijo...

¿conoceis "Las hijas de Egalia? un libro exclusivo de la librería de Mujeres, con mucho ingenio, y fácil de leer.