martes, 8 de julio de 2008

HAY GENTE PARA TODO


Un día más ha ocurrido. Chus, Pedro y Javier. Son tres personas distintas; se conocen entre ellos, pero para mi, eran hasta hoy, tres meras posibilidades. He navegado por internet, buscando información sobre los tres. Uno, Javier, además de escritor y editor de Ciñe, nada menos, leo que es músico. Yo me he sentido músico durante muchos años, leyendo partituras y dejándome los dedos en las guitarras. Grabando horas y horas, en el estudio que me fabriqué en mi casa. Buscando la afinación perfecta, la nota exacta. Fui muy feliz siendo músico, y se me quedó algo en la cabeza para siempre. He visto en internet fotos de Javier con una guitarra en las manos. Incluso he adivinado que nota era la que dibujaba en el traste con sus dedos. Javier escribe y toca la guitarra. ¿Será en eso lo que hace que me sienta identificado con él?
Chus... Siempre sonríe. Tiene una sonrisa muy bonita, pero sé que decir esto de una mujer, es un comentario machista. Ella puede pensarlo cuando lo lea. Ha contado que ha escrito una novela con otra persona. Ahora está escribiendo otra a medias con Javier. ¿Qué es escribir entre dos personas a la vez? Se puede cantar, y hasta se puede tocar el piano a cuatro manos, pero ¿Escribir con otra persona...? ¿Qué clase de intimidad es esa tan especial y tan desconocida para mi? Pienso que me gustaría leer sus relatos co-escritos. Me gustaría conocer a Chus para saber si duerme como los delfines con medio cerebro, mientras el otro medio permanece alerta. Me gustaría escribir algo a medias con ella.
Pedro parece un hombre tranquilo y relajado, pero sé de sobra que la gente que parece tranquila y despreocupada, es porque normalmente no es así, sino más bien todo lo contrario. Pedro dirige una revista literaria digital. La revista se llama “Almiar”. También he leído de él muchas cosas, como su pasado de sindicalista, por ejemplo. También es escritor, y me ha hablado en el programa de hoy, sobre sus libros, y sobre uno de ellos que habla del desierto. ¿Por qué el desierto? Dice que allí a veces llueve, y que las mujeres corren a plantar algunas semillas para conseguir pequeños brotes de trigo para hacer pan. Las semillas, sólo hay que ponerlas en el lugar y momento adecuado.
Yo hoy he salido de Radio Morata con la impresión de que he plantado en estas tres personas, tan interesantes y cultas, tres pequeñas semillas. El programa dura sólo dos horas. Ha estado lloviendo sólo dos horas, pero han sido suficientes, para que estas semillas, estoy seguro de esto, germinen un poquito, y al final, aparezca en nuestras vidas el árbol de la amistad, bajo cuya sombra, siempre da tanto gusto estar.
Es verdad. Yo quiero ser amigo de personas como estas a las que he conocido hoy. Son tres escritores. Ellos mismos se han definido como “currantes de la literatura”. Escriben porque están, como yo, envenenados por las palabras.
AQUÍ SE VENDE PESCADO FRESCO
SE VENDE PESCADO FRESCO
PESCADO FRESCO
PESCADO
GRACIAS.A LOS TRES

jueves, 3 de julio de 2008

CASA DE LIBRO CON DE RUS, HERNANDEZ GARRIDO Y ALONSO DE SANTOS



Miguel Angel de Rus, Raúl Hernández Garrido, Jose Luis Alonso de Santos y Francisco Legaz Nieto. Esamos en la presentación de dos libros de teatro de los dos dramaturgos, en la casa del libro, uno de los últimos días de Junio de 2008

martes, 1 de julio de 2008

LAURA Y VICENTE


LAURA Y VICENTE. DOS PERSONAS QUE TIENEN MUCHO TEATRO

Un día más de programa. Llevamos ya nueve y las cosas van ocurriendo según más o menos lo que yo imaginé, desde meses antes de empezar a emitir. Un programa de radio dedicado a la literatura, tenía que ser como el que he vivido hoy. Han venido Vicente y Laura, y como me imaginé han sido dos invitados brillantes. Son dos personas que viven para la literatura, que en este caso se llama teatro. Nos hemos encerrado los tres en la pecera de la radio, y hemos abierto la espita de la magia y la complicidad. Laura es dramaturga, y ha pasado varios años estudiando, rodeada de los mejores. Eso se nota en cuanto empieza a hablar. Las personas que saben es lo que tienen; sus palabras son muy precisas y te aclaran enseguida lo que hay que saber, lo que hay que hacer, pero sobre todo se les nota lo mucho que saben. Ella nos ha contado en antena, que en este momento está escribiendo una obra de teatro ambientada en un aeropuerto, en el que la gente va y viene. Viajes, saludos y despedidas, maletas, ilusiones gente que huye, gente que se encuentra, gente que se despide para siempre. Me parece tan sugerente, que me dan ganas de sentarme con ella a escribir algunas páginas, porque yo me imagino un aeropuerto como una metáfora de la propia vida. Me he despedido de mucha gente. También me he encontrado con otros que, sin casi darme cuenta, se han instalado en mi vida. Mi vida es como un Aeropuerto. La vida puede ser cualquier cosa, incluso a veces parece una obra de teatro.
Vicente dirige, escribe y además es actor de teatro. Es otra persona polifacética, otro Leonardo da Vinci de la literatura, que viene a mi programa. Yo, hace unos meses, tuve la suerte de acudir a una de sus adaptaciones de un clásico. Se trataba de “Fedra”. Recuerdo que salí del teatro impresionado. Él dice que el teatro te cambia, te transforma y yo lo confirmo. Aquel día algo cambió en mi, y desde entonces, pienso mucho en Fedra, y en todo lo que Vicente tramó y materializó en aquel escenario de Moncloa. El resultado de aquel cambio, es que comencé a escribir un texto, pensando en aquella obra, y aún continúo madurando las ideas que allí me surgieron. Por eso creo que tengo que estar agradecido a Vicente.
Rosalía nos ha traído al programa a Montaigne, encerrado 22 años en una torre. Nosotros hemos estado encerrados, como Montaigne, en una torre esta tarde, en la que se ha creado una atmósfera irrepetible. El teatro ha sido la excusa. Pero realmente, si no hubiera sido el teatro, me habría inventado cualquier otra excusa, para estar cerca de estas personas.
Así es que me considero un privilegiado, y después del programa de hoy, he notado que algo ha cambiado en mi para siempre.
Un saludo desde mi torre rodeada de viñedos en el “bosque de las palabras”, y muchas gracias a los dos.
Francisco Legaz.