martes, 30 de septiembre de 2008

'Trazo blanco sobre lienzo blanco', "el reconocimiento de que vivimos sin dejar ninguna huella"

'Trazo blanco sobre lienzo blanco', "el reconocimiento de que vivimos sin dejar ninguna huella"

domingo, 28 de septiembre de 2008

NUEVA NOVELA DE FRANCISCO LEGAZ





El jueves 25 de septiembre de 2008, se puso a la venta, por fin, mi nueva novela. "TRAZO BLANCO SOBRE LIENZO BLANCO". Espero tener muchos lectores y muy satisfechos.

En este enlace, podéis leer la noticia del día de la presentación. http://www.noticiasirreverentes.com/datos/FcoLEGAZ2.html

miércoles, 24 de septiembre de 2008

LOS LIBROS DE LOS QUE HEMOS HABLADO

Estos son algunos de los libros de los que comentamos alguna cosa, durante el programa del día 23 de Septiembre de 2008.


- Anna Karenina
- El arte de enseñar a escribir (Fondo de Cultura),
- Libros de CONSEJOS. Guillermo Samperio,
- Cómo se escribe un cuento. 500 tips para nuevos cuentistas del siglo XXI (Berenice).
- Escribir una novela que atrape al lector (El Andén). Silvia Adela Kohan
- El viento ligero en Parma (Sexto Piso), Enrique Vila-Matas Libros
- La locura que viene de las ninfas (Sexto Piso)Roberto Calasso
- Del libro e della libreria de Jean-Luc Don Quijote o a la de Madame Bovary.
- LA BENDITA MANIA DE CONTAR, Gabriel García Márquez. (Random House Mondadori.
- Colección Debolsillo
- Intercambios, El mundo es un pañuelo, Terapia y EL ARTE DE LA FICCIÓN, David Lodge. (Editorial Península)
- EL ARTE DE LA FICIÓN. Apuntes sobre el oficio para jóvenes escritores, John Gardner. (Ediciones Fuentetaja).
- EL OFICIO; UN ESCRITOR, SU COLEGAS Y SUS OBRAS, Philip Roth (Seix Barral):
- SOBRE LA CREACIÓN LITERARIA (Ediciones Fuentetaja )y Madame Bovary de Gustave Flaubert
- LA LOCA DE LA CASA, Rosa Montero (Alfaguara):
- "Las correcciones” y "La broma infinita" de David Foster Wallace
- `Círculos concéntricos” de Carmen Matutes.
- Ningún mensaje nuevo” de Irene Sanchez Carrón
- “El complot de los románticos” de Carmen Boullosa

miércoles, 17 de septiembre de 2008

LAS COSAS CODIFICADAS


El cerebro humano

Es muy curiosa la forma en que el antropólogo francés Lèvy Strauss, al que muchos conocen por ser su nombre como el de una marca de pantalones vaqueros, nos explica la forma en que los seres humanos entendemos las cosas. Introduce Strauss en sus explicaciones el término “codificar”, como la habilidad humana de clasificar, ordenar y dar expresión coherente a la realidad que, por regla general se nos presenta algo desordenada. El cerebro se dedica a tiempo, casi completo a codificar las cosas.
Inma Chacón nos hablaba ayer de la literatura que expresa cosas que se pueden sentir. Algo que está en otro plano que los sentimientos, que son un producto mucho más elaborado. Sentir con los sentidos como lo más primario. Y los sentidos elaboran estructuralmente la entropía natural, de forma que a través de ellos, de nuestros ojos, o de nuestro olfato, nos podemos hacer una idea de todo aquello que nos rodea. Los sentidos “codifican” las cosas y Lèvy Strauss nos dice que lo que comprende el cerebro humano es todo lo que se le presenta codificado en forma binaria. Por lo tanto, podríamos afirmar que aquello que nos importa o que somos capaces de entender, se nos presenta siempre en forma de dos. Son famosas las polaridades entre si y no, arriba y abajo, izquierda y derecha, y así podríamos nombrar cientos de “parejas” o emparejamientos que nos resultan sencillos de entender.
Cuando me preparaba un poco la entrevista del programa de ayer con Inma Chacón, dudaba de si nombrar a su hermana gemela Dulce Chacón, pero las dudas quedaron inmediatamente despejadas, cuando Inma empezó a hablar de ella con toda naturalidad. Incluso llegó a decir que estaba encantada de hacerlo. Y dijo cosas muy bonitas sobre su hermana y sobre la relación que mantuvieron ellas dos durante toda su vida en común. Inmediatamente pensé en esa dualidad que, para entender el mundo, nos plantea el antropólogo. La principal codificación que encontramos en sus libros teóricos es la de la cultura y la naturaleza, como dos cosas distintas y, a la fuerza, complementarias. Al fin y al cabo la cultura procede del estado primitivo y natural previo, por el que los homínidos humanos pasamos antes.
Inma nos contó que su hermana siempre se sintió poeta. Parecía que faltaba la frase: “yo no”, como contraposición a la hermana. Formaban ese conjunto binario, tan sencillo de comprender y tan maravilloso a la vez. Inma tenía en su hermana su “alter ego”. Mientras Dulce Chacón vivió, realizó la función poética de la pareja de gemelas. Pero cuando desapareció, Inma recibió el testigo de su hermana, y asumió entonces aquella labor que ella desempeñaba en la “familia”. En el estudio de radio nos recitó uno de sus propios poemas: “Urdimbres”, y para todos los que la escuchamos, quedó claro que es una auténtica poetisa. Lo lleva en los genes; nunca fue esta frase mejor dicha porque, ella lo sabe, comparte con su hermana, exactamente los mismos genes que, por cierto, también se estructuran en parejas, como ellas dos.
La lectura de sus novelas: “La princesa india” y “Las filipinianas” es muy interesante, porque nos aporta lo que el antropólogo Strauss pregonó durante toda su vida. Nos aporta una parte poética, sensible y cercana, como es personalmente Inma Chacón, pero también nos da la otra cara de la moneda. Son novelas rigurosamente documentadas, que contienen un caudal científico de información valioso y enriquecedor. Leer a Inma Chacón te cambia algo por dentro para siempre en todos los sentidos. Y esto es precisamente lo que buscamos los lectores. Necesitamos a personas como nuestra invitada de ayer, que dijo algo maravilloso que, por culpa de la radio, no nos dio tiempo a desarrollar. Habló de que la vida, la realidad, está ahí para todos. Es aplastante y demasiado real, y que por lo tanto es necesario soñar; es necesaria la poesía o la fantasía. Contó que su hermana quería volar, como algo liberador. Por eso uno de sus libros de poemas se llama “Alas”.
Yo creo que Inma Chacón, lleva dentro a su hermana. Es posible que no le guste escuchar esto, por lo que sus “Alas” puedan tener de liberador o de vuelo hacia sí misma, alejándose de Dulce. Pero ella sabe que esto que digo es verdad.
Sólo me queda un triste detalle que comenta el autor de “Tristes trópicos”, Lèvy Strauss, en alguno de sus escritos. Los humanos, antes de entrar en el “edén” de la cultura, andábamos a “cuatro patas”. Tuvimos que obligar a nuestra columna vertebral a permanecer erguida. Gracias a esto podemos contemplar el horizonte que antes nos estaba vedado. Y debido a este intento de abandonar la naturaleza, comenzamos a vivir como seres con cultura cojeando, que caminaban titubeantes. Es posible que aún no hayamos aprendido a caminar correctamente y todavía conservamos restos de ese aprendizaje para la deambulación bípeda. Pero algunas personas, como le pasa a Inma Chacón, ya tienen alas para volar.
En fin. Sólo quiero añadir, que no siempre la vida, te da la oportunidad de conocer a personas como la escritora que ayer nos visitó. Así es que os invito a todos a intentar acercarse a personas así. Os puedo asegurar que merece la pena.
Muchas gracias Inma por tu presencia en “El bosque de las palabras”.

lunes, 15 de septiembre de 2008

ENLACE CON TRAZO BLANCO

http://legazfrancisco.blogspot.com/

miércoles, 10 de septiembre de 2008


HORAS DE RADIO
Hoy he salido de la radio muy animado y relajado y no siempre es así. Casi todos los días termino el programa con un estado de ánimo neutro. Algunas veces estoy algo nervioso al terminar el programa, pero hoy se ve que ha sido un día especial, y repasando mentalmente todo lo que ha ocurrido, he llegado a la conclusión de que lo mejor es que me cuente a mi mismo lo que ha pasado, es decir, que escriba lo ocurrido, para que así, yo mismo encuentre las respuestas.Hemos hablado de muchas cosas, lo que tampoco es extraño, dado que el mundo de la literatura es incluso más amplio que el propio mundo. Y pensando creo que la clave puede estar en Nieves Garrido, la escritora invitada de hoy. Detrás de su aspecto de mujer sencilla y de palabra clara, se esconde una persona con mucha sabiduría. Por su profesión ha viajado durante treinta años por todo el mundo. Mundo que ella dice que es muy grande, pero que conoce a la perfección. Ha asistido a clases de baile muchas veces en el corazón de New York, y en Cuba tiene muchos amigos, así como en otras partes lejanas del mundo. Nos contaba ayer que, por ejemplo, ha tomado café nada menos que con Pablo Milanés en la Habana sin ir más lejos. Hablamos de muchas cosas: de la política y la literatura, de la memoria del agua o de nuestros libros favoritos. Y como Nieves trajo al programa el libro en el que participó con un relato, (Relatos contra el olvido), eonctré ahí la oportunidad de que leyese el suyo y se lo pedí, ya que he aprendido que escuchar la lectura de un relato, leído por el propio autor, casi siempre es agradable y positivo. Entonces desplegó toda su ingeniería emocional, y leyó, con una buenísima entonación y una voz profunda, aquellas páginas. Escuché en silencio, y a los pocos minutos, sentí como las lágrimas querían salir de mis ojos. Su relato basado en la relación de un abuelo y su nieto es emocionante. Y cuando un escritor es capaz de provocar estas sensaciones con pocas palabras, es que domina a la perfección la técnica.Me gusta escribir estas crónicas del programa, porque en ellas descubro cosas que me estaban pasando desapercibidas hasta ese momento. La escritura fija las ideas, y hace reflexionar. Y Nieves, como casi todos los escritores, dice que para escribir bien hay que escribir mucho. Ella lo hace casi todos los días y esto se nota en su escritura, pero también en su personalidad. Transmite consistencia, transparencia, confianza y seguridad. Sé que cuando lea estas palabras, me dirá que soy un exagerado y que ella también es débil, pero es lo que a mi me transmitió ayer. Y por eso salí del programa tan contento y relajado. La energía no se queda ahí, así por las buenas, sino que viaja de un lugar a otro sin parar. Nieves la desprende a raudales, y yo ayer, tuve la suerte de estar cerca, así es que muchas gracias Nieves por lo que me tocó de ti.

lunes, 8 de septiembre de 2008

LIBRO RECOMENDADO

Si os parece y para darle un poco de dinamismo al blog, podrías escribir como comentario a esta nota, el libro o libros que nos recomendáis, y si es posible los motivos. Procuraré nombrar la cuestión en la radio.

LIBROS NOMBRADOS


Como Rosalía estaba en Lisboa y nos contó cosas muy interesantes de Fernando Pessoa, en el programa del 2 de Septiembre recomendamos algunos de sus libros. He elaborado esta lista, ya que algunos de los oyentes insisten en que publiquemos en el blog la lista de los libros que se nombran en el programa. Así es que ahí está:



LIBROS NOMBRADOS
Estos son algunos de los libros nombrados en el programa nº 14 del 2 de septiembre de 2008:

“El banquero anarquista” Fernando Pessoa.
“Eróstrato y la búsqueda de la inmortalidad” Fernando Pessoa.
“El libro del desasosiego” Fernando Pessoa
“La educación del estóico” Fernando Pessoa.
“La hora del diablo” Fernando Pessoa
“Al margen de los clásicos” José Martinez Ruiz.
“Ideas sobre la novela” José Ortega y Gasset
“Meditaciones del Quijote” José Ortega y Gasset
“La poesía de Rubén Darío”. Pedro Salinas
“Estudios sobre poesía española contemporánea”. Luis Cernuda.
“Las máscaras” Ramón Pérez de Ayala.
“Nuestro Séneca,”. Ramón Pérez de Ayala.
“La deshumanización del arte”. José Ortega y Gasset
“Un hombre en la oscuridad” Paul Auster
“Motín de la Bounty” John Boyne.
“After Dark” Murakami.
“El beso de la sirena” Andrea Camillero.
“El informe de Brodeck” Philippe Claudel.
«La hija del sepulturero” Joyce Carol Oates
“La apelación” John Grisham.
“Un arco iris en la noche”. Dominique Lapierre.
“Los guardianes del libro” Geraldine Books.
“Un asesinato piadoso” José María Guelbenzu.
“Otros colores” Orhan Pamuk.
“Los papeles de agua” Antonio Gala.
“God and Gun” Rafael Sánchez Ferlosio.
“El exiliado de aquí y allá” Juan Goytisolo.
“Dietario Voluble” Vila-Matas.
“Todo eso que tanto nos gusta” Pedro Zarraluki.
“Los objetos nos llaman” Juan José Millás.
“Hermanas” Josefina Aldecoa.
“Lo peor de todo” Ray Loriga.

Poesía leída en antena:
Esta tal vida, señora,
en tenella
más se pierde que en perdella.
Porque yo, vuestro cativo,
tal dolor sufro queriendo,
que muriendo estoy más vivo
que no tal vida viviendo;
porque hallo que tal vida
en perdella gano, y piérdeme en tenella.



martes, 2 de septiembre de 2008

TIEMPO ELÁSTICO


2 de Septiembre de 2008. El Bosque de las palabras

Hoy ha sido un día de reencuentros. El programa ha salido muy bien. Lo sé porque yo he salido contento de la radio. Ese es el termómetro del que dispongo. La invitada ha sido perfecta. Se llama Manuela Jiménez Parrondo, y nos ha presentado dos de sus libros de reciente publicación. Uno se llama “La mirada del basilisco”, y el otro “Seres incompletos”. Pero lo mejor ha sido cuando se ha puesto a hablarnos de alquimia, y de cómo fabricar oro con varios ingredientes, como por ejemplo: la sangre de un pelirrojo o las cenizas de un Basilisco, un animal complicadísimo. Mientras lo contaba, me daba cuenta de la metáfora que todo aquello encerraba. El ser humano laborioso e incansable para nada. Pintar una iglesia se convierte en una novela. Un cura puede ser un mago, y una mujer, como siempre, una tentación, lo dice hasta un anuncio de helados en la televisión. Y lo peor es que ellas lo saben, y algunas abusan de su poder.
El basilisco es un animal odioso. Si te mira a los ojos te mueres. Si tienes la suerte de mirarle tu a él primero, se muere él. Con lo que lo mejor es no levantar la mirada del suelo nunca, si es que se teme la presencia de basiliscos. Y si no pues también, por si apareciera uno de pronto, ya que al ser animales tan extraños, son difíciles de predecir en su comportamiento y costumbres.
Desde luego, no cabe duda de que lo mejor es tener amigos que sean escritores. Esta es la conclusión a la que casi siempre llego de una manera o de otra.
Rosalía hoy ha estado, como siempre, insuperable. Estaba en Lisboa y nos ha hablado, nada menos que de Pessoa. De Pessoa y de sus heterónimos. A mi personalmente el que más me gusta es Ricardo Reis, y la verdad es que no sabría decir porque.
Así es que, entre la llamada de Rosalía, y la visita de Manuela, la verdad es que ha merecido la pena volver de las vacaciones. Y además, mientras iba hacia la emisora, se me ha ocurrido lo siguiente relacionado con el tiempo cronológico:

UNA TARDE EN LA RADIO.
Para los que no habéis leído la montaña mágica de Thomas Man, os diré que hasta el momento en que leí aquel libro, el tiempo tenía su velocidad de siempre y su propia dimensión habitual, pero desde que leí esta novela hace muchos años, ya nunca volví a mirar el calendario con los mismos ojos. El tiempo transcurre de forma extraña, a veces es lento e inexplicable, pero otras veces parece endemoniadamente rápido y fatal.
Voy en coche todos los martes a la radio. Atravieso paisajes que parecen lejanos a la enorme ciudad que es Madrid, mientras pienso en “El bosque de las palabras”. Mentalmente sufro el temor al error, a la equivocación, el miedo a quedarme en blanco. Pero por fuera parezco seguro y confiado en mi mismo. Es una forma de espantar el fantasma del miedo. Me dijeron un día que los fantasmas, desaparecieron desde que existe la luz eléctrica y lo creo.
La Montaña mágica es un ejercicio de distanciamiento con nuestro propio sentido del tiempo. Desde que lees esta novela, tu vida ya nunca vuelve a ser la misma. Miras a la gente, y te preguntas si la habrán leído. Una mujer mira el reloj, y en su gesto se delata. No ha leído “La Montaña mágica. Puede que tenga una tuberculosis. Me dan ganas de decírselo: “Sra. Hágase vd. una radiografía de torax y compruebe si tiene cavernas en sus pulmones” La intestinal es aún peor.
En la radio no hay fantasmas. Todo es eléctrico. Delante de mi siempre tengo una mesa llena de cursores que sirven para acelerar el tiempo. Si pones el de la derecha al máximo, te puedes hacer viejo de repente. Pero si lo bajas al mínimo te puedes morir. Es mejor no tocarlo nunca. Con el tiempo no se juega.
Hace muchos años, cuando era un niño, mis padres me llevaban a un pueblo cercano a la emisora. En aquel lugar había un castillo en el que destilaban anís. Visitábamos la destilería y al final nos daban una copa para probar. Recuerdo el sabor dulce de aquella bebida en mis labios y en la lengua. Nunca más lo volví a probar, pero no se me olvida aquel sabor.
La novela de Thomas Man hay que leerla sin prisas. Si tienes prisa puedes pasarte de página. Se necesita lentitud; una palabra bella y difícil de pronunciar. Casi nadie la dice hoy en día. Decir “lentitud”, es casi tan ridículo, como las cartas de amor, según decía Pessoa.
La tuberculosis en aquellos años se curaba en los Alpes Suizos. Mientras, montaña abajo se estaba fraguando la primera guerra mundial. En los valles el tiempo pasaba lentamente, pero arriba, en lo alto de la montaña nevada el tiempo era distinto, porque la enfermedad es mejor que la guerra. Con fiebre e invadido por la infección, el tiempo pasa rápido y fugaz, abreviado y casi inmediato. Los segundos no son más que latidos, y un parpadeo es un día entero. En la guerra las cosas son distintas. No hay nada que valga la pena. La muerte de la guerra es aburrida, y las horas pasan tan lentas, que parecen vidas enteras. Se le tiene tanto miedo a la muerte de la guerra, que sólo se quiere morir de una vez para descansar.
El bosque de las palabras se pasa volando. Son dos horas que duran apenas cinco minutos. Hablamos sin parar; eso es la radio, lo contrario de un libro en el que hay silencio. Cuando miro el reloj, y veo sus manecillas implacables, recuerdo mi infancia ahí mismo, detrás del castillo. Entonces digo: “nos queda poco tiempo”, “vamos a ir terminando”. Y desde que digo esas frases, el resto se me hace largo. Pienso que no debería haber dicho nada, pero en la radio hay que decir. Si estoy callado el tiempo se queda vacío.
El escritor griego Nikos Kazantzakis cuenta que, cuando era niño, se fijó en una crisálida adherida a un árbol, donde una mariposa se preparaba para salir. Esperó algún tiempo, pero como tardaba mucho, decidió acelerar el proceso. Comenzó a calentar la crisálida con su aliento. La mariposa terminó saliendo, pero sus alas aún estaban pegadas y murió poco tiempo después. “Era necesaria una paciente maduración hecha por el Sol, y yo no supe esperar”, dijo Kazantzakis. “Aquel pequeño cadáver es, hasta hoy, uno de los mayores pesos que tengo en la conciencia”
Un día me compré “El libro del reloj de arena” de Ernst Jünger. Me lo leí enseguida y aprendí mucho de los relojes de agua que se llaman clepsidras, relojes de arena, de sol, de fuego, de viento, relojes mecánicos diversos y los modernos y precisos relojes atómicos. El cambio del tiempo que antes era antiguo y hoy se ha convertido en moderno. Millones de años, resumidos en la esfera de un reloj.
Los relojes de ruedas y manecillas vieron la luz en el año mil, bajo el reinado del Papa Silvestre II, que también introdujo el cero en occidente. Yo no podría vivir sin el número cero. Quedan cero minutos. Pongo la sintonía, nos despedimos, miro el reloj. Se acabó.