miércoles, 10 de septiembre de 2008


HORAS DE RADIO
Hoy he salido de la radio muy animado y relajado y no siempre es así. Casi todos los días termino el programa con un estado de ánimo neutro. Algunas veces estoy algo nervioso al terminar el programa, pero hoy se ve que ha sido un día especial, y repasando mentalmente todo lo que ha ocurrido, he llegado a la conclusión de que lo mejor es que me cuente a mi mismo lo que ha pasado, es decir, que escriba lo ocurrido, para que así, yo mismo encuentre las respuestas.Hemos hablado de muchas cosas, lo que tampoco es extraño, dado que el mundo de la literatura es incluso más amplio que el propio mundo. Y pensando creo que la clave puede estar en Nieves Garrido, la escritora invitada de hoy. Detrás de su aspecto de mujer sencilla y de palabra clara, se esconde una persona con mucha sabiduría. Por su profesión ha viajado durante treinta años por todo el mundo. Mundo que ella dice que es muy grande, pero que conoce a la perfección. Ha asistido a clases de baile muchas veces en el corazón de New York, y en Cuba tiene muchos amigos, así como en otras partes lejanas del mundo. Nos contaba ayer que, por ejemplo, ha tomado café nada menos que con Pablo Milanés en la Habana sin ir más lejos. Hablamos de muchas cosas: de la política y la literatura, de la memoria del agua o de nuestros libros favoritos. Y como Nieves trajo al programa el libro en el que participó con un relato, (Relatos contra el olvido), eonctré ahí la oportunidad de que leyese el suyo y se lo pedí, ya que he aprendido que escuchar la lectura de un relato, leído por el propio autor, casi siempre es agradable y positivo. Entonces desplegó toda su ingeniería emocional, y leyó, con una buenísima entonación y una voz profunda, aquellas páginas. Escuché en silencio, y a los pocos minutos, sentí como las lágrimas querían salir de mis ojos. Su relato basado en la relación de un abuelo y su nieto es emocionante. Y cuando un escritor es capaz de provocar estas sensaciones con pocas palabras, es que domina a la perfección la técnica.Me gusta escribir estas crónicas del programa, porque en ellas descubro cosas que me estaban pasando desapercibidas hasta ese momento. La escritura fija las ideas, y hace reflexionar. Y Nieves, como casi todos los escritores, dice que para escribir bien hay que escribir mucho. Ella lo hace casi todos los días y esto se nota en su escritura, pero también en su personalidad. Transmite consistencia, transparencia, confianza y seguridad. Sé que cuando lea estas palabras, me dirá que soy un exagerado y que ella también es débil, pero es lo que a mi me transmitió ayer. Y por eso salí del programa tan contento y relajado. La energía no se queda ahí, así por las buenas, sino que viaja de un lugar a otro sin parar. Nieves la desprende a raudales, y yo ayer, tuve la suerte de estar cerca, así es que muchas gracias Nieves por lo que me tocó de ti.

1 comentario:

reporterach dijo...

leí tu comentario,me pareció fantástio,tambien me saltaron las lágrimas porque sé exactamente a lo que te refieres cuando describes el momento que termina una emisión radial,trabajé en Cuba muchos años en la radio,ahora estoy en Chile y añoro esos tiempos.No conozco a la escritora,ni he escuchado aún tu programa,pero...debe ser profundo y cálido...espero poder hacerlo pronto...
saluds.